El 4 de noviembre fuimos a Gibraltar, un territorio británico a dos horas de Sevilla en el que los habitantes son tan españoles como ingleses. Por eso puedes encontrarte a una persona que un minuto está hablando un perfecto inglés con acento británico, y al minuto siguiente te está diciendo: “oye pisha, ¿que has comio’ hoy?”. Esta variedad lingüística es el llanito, que únicamente lo podrás encontrar en Gibraltar.
Una vez entramos en contacto con los habitantes locales, teníamos que llegar al núcleo de la ciudad, pero con mucho cuidado, porque para llegar hay que cruzar por la pista de aterrizaje y despegue de los aviones.
Tuvimos un tour increíble descubriendo la ciudad y la espectacular cueva de San Miguel, una maravilla natural de red de cavernas rocosas. Es por esta reserva natural donde pudimos ver sus habitantes más peculiares: ¡los monos! (también llamados macaco de Berbería).
El resto del día, lo pasamos conociendo más la ciudad, su cultura y gastronomía (cómo olvidar las fish and chips).
Este destino tan particular nos acercó a otra cultura diferente, con muchos matices españoles, ejemplo perfecto de las oportunidades que la internacionalización y el contacto intercultural nos brinda.